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Os recomendamos la lectura de este artículo de opinión de Araceli Manjón en el diario El País. Entresacamos algunos párrafos:
Ningún otro juez podrá seguir el camino de Garzón, porque cualquiera que lo haga estará haciendo una interpretación y aplicación erróneas de la ley por contravenir la amnistía, la irretroactividad y la prescripción.
La sentencia del Tribunal Supremo ha blindado la impunidad jurídica en España.
Creo que hoy las críticas han de dirigirse contra la Ley de la Memoria Histórica aprobada en 2007, en un contexto histórico y político que ya lo habrían querido los artífices de la Ley de Amnistía.
Por otro lado, falta en la Ley de 2007 un mínimo que creo era exigible: la anulación de todas las sentencias dictadas durante la guerra y la dictadura por razones políticas; se declara su ilegitimidad, pero no se anulan...
La Ley de Memoria Histórica no se ha propuesto reconstruir la verdad histórica, ni honrar a las víctimas colectivamente, ni recuperar todos los cuerpos de las cunetas, ni resarcir a los que todavía siguen sufriendo; no habrá Comisiones de la Verdad; el Estado no se hará responsable de recuperar la memoria.
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