Tal como hemos venido haciendo durante las jornadas de celebración del juicio contra Baltasar Garzón, esta mañana nos hemos concentrado nuevamente a las puertas del Tribunal Supremo, en Madrid.
Sorprendentemente, la policía nos ha obligado a desplazarnos del lugar habitual donde los pasados días nos concentrábamos. La orden de retirarnos más lejos de la puerta ha sido justificada porque el Ministro de Justicia, Alberto Ruiz Gallardón, iba a acudir, como así ha hecho, a la sede del Consejo General del Poder Judicial, inmediato a la zona donde estábamos.
Resulta paradójico que, a escasos metros del edificio que ha visitado el más alto responsable de la justicia de este país, se esté juzgando a alguien por atreverse a investigar la muerte y desaparición de decenas de miles de personas. Con él no parecía ir la cosa.
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