Nos parece absolutamente deplorable el comportamiento justificativo exhibido por el portavoz adjunto en el Congreso del Partido Popular, Rafael Hernando. Su desconocimiento de la historia, o algo peor, su ocultamiento de la misma, alimenta las actitudes fascistas que hemos visto recientemente en el ataque al Centro Cultural Blanquerna el pasado 11 de septiembre o en la de las juventudes del Partido Popular, exhibiéndose en actitudes y con simbología fascistas en fotografías ante las cuales el silencio cómplice o la mención a las mismas como chiquilladas no hace otra cosa que animar a quienes realizan este tipo de actos.
La mera equiparación de los símbolos de la Segunda República española con los de la dictadura que la siguió es condenable. La República de abril, con sus errores y aciertos, fue la primera experiencia democrática española. Reconocida internacionalmente, tuvo que enfrentarse a múltiples amenazas interiores y exteriores y en ella y en sus constructores hay que reconocer siempre la valentía de tratar de construir un régimen de democracia y progreso social en un momento de crisis de los sistemas democráticos en Europa, que se había llevado por delante o iba a hacerlo a las democracias recientes de Polonia, Portugal, Italia, Alemania, Austria o Checoslovaquia. Entre 1931 y 1936, el régimen democrático republicano avanzó en la democratización y liberalización del país, y aún se encontraba en proceso de corrección de errores, como demostraron las medidas adoptadas o en proceso de adopción por un gobierno menos extremista de lo que nos han pintado, el del Frente Popular, en lo referente, por ejemplo, a la Ley de Orden Público o la de Vagos y Maleantes. Javier Tussell o incluso Stanley G.Payne, quien encabezó una de sus obras con el título "La primera experiencia democrática española: La Segunda República", entre otros, muestran lo equivocado que está Hernando.
Del régimen fascista del general Franco, poco más se puede decir más que la resolución adoptada por Naciones Unidas en 1946, y que resume perfectamente lo que fue, con matices más o menos oportunistas con el fin de sobrevivir en un contexto de victoria de las fuerzas aliadas y de guerra fría, el fascismo español:
"A) Por su origen, naturaleza, estructura y comportamiento general, el régimen de
Franco es un régimen fascista, organizado e implantado en gran parte merced a la
ayuda de la Alemania nazi y de la Italia fascista de Mussolini.
B) Durante la larga lucha de las Naciones Unidas contra Hitler y Mussolini, Franco
prestó una ayuda muy considerable a las potencias enemigas, a pesar de las continuas
protestas de los aliados [...]"
Comparar la simbología y naturaleza de ambos regímenes, y culpar a la República del millón de muertos provocado por, precisamente, el golpe de estado contra la República que la coalición de militares y civiles reaccionarios, clericales y fascistas encabezada desde el 1 de octubre de 1936 (el antiguo y famoso Día del Caudillo) por el general Franco desencadenó es, simplemente, de ser mala persona, zafio y cruel. Como dijo Bertolt Brecht, "quien no conoce la verdad es simplemente un ignorante, pero quien conociéndola la oculta, es un criminal". Por desgracia, no estamos en Alemania. Si fuera así, declaraciones como estas serían motivo de Código Penal.
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